Vivre La Vie

Este fin de semana se fue una de las exposiciones más curiosas de los últimos meses en la Ciudad de México. Santos Vivientes una exhibición de arte al principio engañosa (uno podría pensar que se trata de una muestra más de arte religioso) en donde varios santos católicos pierden toda su mística para ser convertidos en maquinas cinéticas inspiradas en su vida y sus martirios dentro de los amplísimos salones del Colegio de San Ildefonso.

Santos Vivientes salió de la mente del artista británico Michael Landy, quien durante más de tres años se dedico a reinterpretar de una manera diferente varias de las pinturas que se encuentran en la National Gallery de Londres. Sobra decir que la mayoría de estas pinturas son de corte religioso.

Esta reinterpretación dista mucho de otras reinterpretaciones en la historia del arte ya que Michael Landy tomó a los personajes de las pinturas (los santos), los combinó con las historias y leyendas que se relatan de ellos mismos y los colocó dentro de varias esculturas-mecanismos que, además de ser una especie de retrato intervenido de los personajes, sirven como un comentario pícaro de la vida de estos.
Michael Landy no es un escultor, por lo tanto encomendó la construcción de sus diseños a un taller mientras que el se dedico a buscar engranes y ruedas para agregarlos (estos si se los puso él) a la escultura y convertirla así en un “Santo vivo”.
Los Santos representados a lo largo de la exposición son: San Francisco (con su caja de sorpresas y recibiendo donaciones), San Esteban (a este hay que aventarle una piedra), San Jeronimo (quien se autoflagela con una piedra), Santa Apolonia (unas pinzas le sirven para arrancarse los dientes) y Santo Tomas (comprobando la identidad de Cristo), además de un Multisanto que se encuentra pisoteando a un demonio y una Rueda de Santa Catalina que dicta tu “fortuna”.


Santos vivientes se exhibió desde noviembre del año pasado hasta este fin de semana. Si bien no fue una muestra que atrajera a multitudes, creo que fue una muestra muy inteligente que hizo que aprendiéramos que las figuras representativas del arte religioso también saben divertirse.
Nota: La escultura de Santo Tomás estuvo descompuesta durante mi  última visita a la exposición por eso no tenemos fotos de ella. Una disculpa.